jueves, 30 de julio de 2009

Paso a paso, llegarás corriendo y sin cansancio.

Por Zully Gómez

Allá en tu mente, mientras el león corre tras el cordero y éste escapa a esconderse para no ser devorado… Allá en el cielo, se encuentra un Padre amoroso queriendo hacer no sólo de tu mente, sino de todo tu ser, un paraíso donde no sólo jueguen leones con corderos, sino que las lágrimas se conviertan en sonrisa, la tristeza en alegría y la muerte en vida.

Y si te parece una locura creerlo, mira esto… No tienes que subir al cielo a encontrarlo, porque Él está acá, ¿Quieres sentirlo? Está a tu lado ahora mismo, anhelando amorosamente habitar en tu corazón y quedarse allí para siempre.

No temas, decídete a vivir la mejor experiencia junto a ese Padre, ábrele la puerta, Él lleva muchos días tocando. ¿Recuerdas esa noche en que estabas triste y buscabas refugio? ¡Ese día la puerta de tu corazón sonó! O ¿ Acaso olvidaste esa hermosa tarde en la que compartías alegremente y te sentías dichoso? Pues ahí también sonó.

¡Déjalo entrar a cenar contigo! Él llevará el alimento, y si lo tomas no tendrás hambre ni sed jamás.

… Así que hoy ciñe tus lomos, ponte calzado nuevo, levanta tus brazos y camina este camino de valientes…

Él sólo demanda tu corazón, eso sí, tiene que ser sincero. Anda, mírate al espejo y reconoce hoy tu mirada, porque luego no será sólo la tuya, será la de ustedes, sigue avanzando con pasos firmes y agigantados, acuérdate de tu nuevo calzado, mírate de nuevo y descubrirás que sus ojos te miran a través de los tuyos que ya se van haciendo una sola mirada, porque ya no vives tú, es Cristo quien vive en ti, es Cristo quien camina contigo y tu calzado no se gastará, pues Él te llevará en sus brazos.

Puedes sentir como tus viejos pies de plomo se hacen livianos y ahora puedes correr, adelante, no hay cansancio, no hay temor, no hay leones, sólo unos brazos extendidos, fuertes y dóciles que te esperan en la meta para abrazarte y poner sobre tu cabeza una corona con diseño exclusivo para ti! Y, entonces, cuando Él te mire sabrás que valió toda la pena caminar; y comprobarás qué era lo que veías tras el espejo, sabrás que finalmente te encontraste con Él eternamente y para siempre, con Tu Amado, quien caminó toda la carrera contigo y que nunca fue locura el creer que el león jugara con el cordero y que las lágrimas se convirtieran en sonrisa.

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