lunes, 27 de julio de 2009

Dios es nuestro padre, ¿Somos como Él?

En algunas ocasiones he escuchado la frase “los padres nunca fuimos a la escuela para que nos enseñaran a ser padres”. Y sí puede ser cierto, ninguno de nuestros padres fue a algún lugar a aprender cómo ser padres, pero parece ser que hemos olvidado que Dios es nuestro padre y que él se convierte en nuestro modelo a seguir. Así que no estamos del todo solos en ésta hermosa tarea de la paternidad, tenemos un ejemplo excelente, nuestro Dios.

¿Cómo es nuestro Dios con nosotros? En primer lugar debemos decir que nos ama con amor eterno, es decir, nada ocupa nuestro lugar en su corazón. Nos cuida, nos guía, nos protege, nos oye; es nuestra compañía, es nuestro amigo, es nuestro consejero. Provee los que necesitamos, nos educa, nos restaura. Y también tenemos que decir que nos disciplina. Las palabras no alcanzan para describir de manera acertada cómo es nuestro padre ya que él es infinito, es eterno, él es Dios. La vida cristiana puede resumirse en conocer a Dios. Después de 30 o 40 años en la iglesia aún Dios nos sorprende. Lo que sí debemos hacer es seguir su ejemplo. Todos hemos experimentado su amor así que no tenemos excusa para no amar a nuestros hijos. David compara los hijos con saetas en manos de valientes.

Un padre que ame a su hijo es un valiente, un padre invierta tiempo con su hijos es un valiente, una padre que dé un abrazo, una caricia, un beso, es un padre valiente y estará siguiendo el ejemplo de nuestro padre. Hace algún tiempo escuche a un pastor mencionar cinco características de un padre. Para ello utilizó un acróstico con la palabra PADRE, veamos. Un padre es un Proveedor, provee a sus hijos en todo, afecto, amor, cariño, dinero, tiempo, esfuerzo etc. Un padre es un Administrador, sabe qué hacer con lo que Dios le ha dado.

Un padre es un Disciplinador, sabe corregir en el momento adecuado y en la forma adecuada a sus hijos. Un padre es un Restaurador, ayuda, sana, redime a sus hijos. Un padre es un Educador, día a día enseña, no solo es enviar a sus hijos al colegio, el educador enseña con su ejemplo, con su actitud, con sus palabras, con sus hechos. Estas cualidades las tiene nuestro Dios. Pablo invita a la iglesia a imitar a Cristo, a ser cómo él es. Él es nuestro padre ¿Somos como él?

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